lunes, 3 de octubre de 2011

Apuntes sobre los cambios en el mundo del trabajo tras la caída del Estado de Bienestar

"El resultado más brutal de estas transformaciones es la expansión sin precedentes en la era moderna deldesempleo estructural, que abarca a todo el mundo, a escala global. Se puede decir de manera sintética, que hayun proceso contradictorio que, por un lado reduce al proletariado industrial y fabril; y por el otro aumenta el subproletariado, el trabajo precario, o los asalariados del sector de servicios. Incorpora al sector femenino y excluye a los más jóvenes y a los más viejos. Por lo tanto, hay un proceso de mayorheterogenización, fragmentación y complejización de la clase trabajadora. "  

Fragmento de "Adiós al trabajo" del sociólogo del trabajo Ricardo Antunes. (1999)



"Durante el año 1994, algunas empresas transnacionales comenzaron a ver la posibilidad de instalarse en Argentina, teniendo en cuenta las ventajas que la nueva realidad económica, política y social ofrecían. En primer lugar, un mercado abierto al mundo, permitiría pensar en que las implantaciones en el territorio no requerirían grandes inversiones tecnológicas, porque los insumos principales podían importarse (lo cual también permitiría la transferencia fácil de divisas a las casas matrices) y las plantas constituirse en simples ensambladoras (sobre todo para las empresas industriales más complejas); la reducción de los costos de la mano de obra y las calificaciones históricas de los trabajadores argentinos otorgaban el beneficio de contar con mano de obra eficiente a bajo costo; la depresión de las empresas proveedoras argentinas, permitiría comprar los insumos restantes en el mercado nacional también a costos reducidos; la apertura de los mercados también ampliaría las posibilidades de inserción de los productos a los países latinoamericanos. El gobierno, de corte neoliberal, parecía controlar la situación ante la debilidad de una oposición incoherente y dividida. Contaba además con el apoyo de los sectores más acomodados, de las clases medias y parte de los sectores populares. Los sindicatos estaban debilitados y sus dirigentes sufrían un fuerte desprestigio. Desde este plano, las posibilidades de negociar condiciones laborales favorables eran inéditas en el país. La desocupación y la pobreza habían hecho estragos en los sectores populares y la mano de obra se ofrecía generosa y disciplinadamente ante la posibilidad de encontrar un empleo. "

Fragmento de "Lo precario como condición de forma" del sociólogo del trabajo Osvaldo Battistini. (2008)


"En las últimas décadas, la entrada en una nueva etapa de acumulación del capital produjo hondas transformaciones sociales. Esos procesos, caracterizados por la difusión global de nuevas formas de organización social y por la reestructuración de las relaciones sociales, cambiaron las pautas de integración y
exclusión, visibles en la nueva articulación entre economía y política. Estos cambios desembocaron en un notorio incremento de las desigualdades en el interior de las sociedades contemporáneas, creando nuevos “bolsones” de pobreza y marginalidad.

(..) en las regiones del capitalismo periférico la globalización no sólo profundizó los procesos de transnacionalización del poder económico, sino que se tradujo en el desguace radical del Estado Social en su versión “nacional-popular”, el que más allá de sus limitaciones estructurales y tergiversaciones políticas, se había caracterizado por orientar su acción hacia la tarea nada fácil de producir cierta cohesión social, en un contexto de sociedades heterogéneas, desiguales y dependientes. Así, en América Latina, estas transformaciones, que vinieron de la mano de políticas neoliberales, conllevaron una fuerte desregulación económica y una reestructuración global del Estado, lo cual terminó por acentuar las desigualdades existentes, al tiempo que generó nuevos procesos de exclusión, que afectaron a un conglomerado amplio de sectores sociales.

en la Argentina, la salida neoliberal se tradujo en la implementación de un programa drástico de reformas estructurales que, acompañado y facilitado por la instalación de un nuevo modelo de dominación política, terminó produciendo una fuerte mutación y reconfiguración de la sociedad.

En efecto, cambios de toda índole, algunos ya anunciados desde mediados de los 70, encontraron una inflexión hiperbólica en el marco de la política neoliberal puesta en marcha por Carlos Menem (1989-1999) y continuada por sus sucesores. En este nuevo marco social, atravesado por una fuerte dinámica de
polarización, todas las clases sociales sufrieron grandes transformaciones. Mientras que los grupos pertenecientes a la cúspide de la sociedad aunaron alta rentabilidad económica y confianza de clase al encontrar en su adversario histórico —el peronismo— un aliado inesperado, una gran parte de la sociedad, perteneciente a las clases medias y populares, experimentó una drástica reducción de sus oportunidades de vida. Aun así, el proceso no fue, de ningún modo, homogéneo, pues si bien es cierto que amplias franjas de las clases medias experimentaron el empobrecimiento y la caída social, otras se acoplaron con mayor éxito al modelo y buscaron afirmar la diferencia por medio del consumo y los nuevos estilos de vida. Por último, las clases trabajadoras, cuya identidad político-social se había estructurado desde y a partir del primer peronismo, atravesaron un proceso de descolectivización que arrojó a la situación de marginalidad y exclusión a vastos sectores, por vía del trabajo informal y el desempleo.
En suma, la dinámica de polarización y fragmentación social adquirió tal virulencia que durante gran parte de la década de los 90 hubo grandes dificultades en dotar de un lenguaje político a las experiencias de descolectivización, en la cual se entremezclaban diferentes trayectorias y situaciones, además de
sentimientos contradictorios y ambivalentes respecto de la nueva condición social. No era para menos; la mutación era no sólo económica, sino también social y política.

..la doble dinámica de polarización y fragmentación fue moldeando los contornos más duraderos de un nuevo país, de una sociedad excluyente, estructurada
sobre la base de la cristalización de las desigualdades tanto económicas como sociales y culturales.
"

Fragmento de la introducción a "La Sociedad Excluyente" de la socióloga argentina Maristella Svampa  (2005)

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