miércoles, 19 de octubre de 2011


Hay un niño en la calle.
Calle 13 - Mercedes Sosa

A esta hora exactamente,
Hay un niño en la calle….
¡Hay un niño en la calle!

Es honra de los hombres proteger lo que crece,
Cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
Evitar que naufrague su corazón de barco,
Su increíble aventura de pan y chocolate
Poniéndole una estrella en el sitio del hambre.
De otro modo es inútil, de otro modo es absurdo
Ensayar en la tierra la alegría y el canto,
Porque de nada vale si hay un niño en la calle.

Todo lo toxico de mi país a mi me entra por la nariz
Lavo autos, limpio zapatos, huelo pega y también huelo paco
Robo billeteras pero soy buena gente soy una sonrisa sin dientes
Lluvia sin techo, uña con tierra, soy lo que sobro de la guerra
Un estomago vacío, soy un golpe en la rodilla que se cura con el frío
El mejor guía turístico del arrabal por tres pesos te paseo por la capital
No necesito visa pa volar por el redondel porque yo juego con aviones de papel
Arroz con piedra, fango con vino, y lo que me falta me lo imagino.

No debe andar el mundo con el amor descalzo
Enarbolando un diario como un ala en la mano
Trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
Golpeándonos el pecho con un ala cansada.
No debe andar la vida, recién nacida, a precio,
La niñez arriesgada a una estrecha ganancia
Porque entonces las manos son inútiles fardos
Y el corazón, apenas, una mala palabra.

Cuando cae la noche duermo despierto, un ojo cerrado y el otro abierto
Por si los tigres me escupen un balazo mi vida es como un circo 
pero sin payaso
Voy caminando por la zanja haciendo malabares con 5 naranjas
Pidiendo plata a todos los que pueda en una bicicleta en una sola rueda
Soy oxigeno para este continente, soy lo que descuido el presidente
No te asustes si tengo mal aliento, si me ves sin camisa con las tetillas al viento
Yo soy un elemento mas del paisaje los residuos de la calle son mi camuflaje
Como algo que existe que parece de mentira, algo sin vida pero que respira

Pobre del que ha olvidado que hay un niño en la calle,
Que hay millones de niños que viven en la calle
Y multitud de niños que crecen en la calle.
Yo los veo apretando su corazón pequeño,
Mirándonos a todas con fábula en los ojos.
Un relámpago trunco les cruza la mirada,
Porque nadie protege esa vida que crece
Y el amor se ha perdido, como un niño en la calle.

Oye a esta hora exactamente hay un niño en la calle
Hay un niño en la calle.

domingo, 16 de octubre de 2011

Clase 8 - Globalización

2008: EL FALLECIMIENTO DE LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL

Immanuel Wallerstein 
(más datos sobre el autor)
    
La ideología de la globalización neoliberal ha estado en boga desde principios de los años 80. No era, de hecho, una idea nueva en la historia del sistema-mundo moderno, aunque reivindicó serlo. Más bien era la muy vieja idea de que los gobiernos del mundo debían dejar de estorbarle a las grandes y eficientes empresas en sus esfuerzos por prevalecer en el mercado mundial. La primera implicación de política pública era que los gobiernos, todos los gobiernos, debían permitir que estas corporaciones cruzaran libremente todas las fronteras con sus bienes y su capital. La segunda implicación de política pública era que los gobiernos, todos los gobiernos, debían renunciar ellos mismos a cualquier papel de dueños de estas empresas productivas, y privatizar así todo lo que poseyeran. Una tercera implicación era que los gobiernos, todos ellos, debían minimizar, si no eliminar, todos y cada uno de los diferentes pagos de transferencia por seguridad social a sus poblaciones. Por ciclos, esta vieja idea siempre ha estado de moda.
En los años 80, estas ideas fueron propuestas para contrarrestar a las también viejas visiones keynesianas y/o socialistas que habían prevalecido en la mayoría de los países del mundo: que las economías deberían ser mixtas (el Estado más las empresas privadas); que los gobiernos deberían proteger a sus ciudadanos de las corporaciones cuasi monopólicas propiedad de extranjeros; que los gobiernos deberían intentar ecualizar las oportunidades de vida transfiriendo beneficios a sus residentes menos afortunados (especialmente en los niveles de educación, salud y garantías de ingreso a lo largo de la vida), lo que requeriría, por supuesto, fijarle impuestos a los residentes más acomodados y a las corporaciones.
El programa de globalización neoliberal sacó ventaja del estancamiento mundial de ganancias que vino tras el largo periodo de expansión global sin precedentes posterior a 1945 y que abarcó hasta principios de los años 70, el cual impulsó la visión keynesiana o socialista de dominar las políticas públicas. El estancamiento de ganancias creó problemas en el balance de pagos para un número muy grande de gobiernos en el mundo, especialmente en el Sur global y en el llamado bloque socialista de naciones. La contraofensiva neoliberal fue encabezada por los gobiernos de derecha de Estados Unidos y Gran Bretaña (Reagan y Thatcher) más las dos principales agencias financieras intergubernamentales –el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial–, y estas instancias, juntas, crearon e impusieron lo que vino a ser conocido como Consenso de Washington. El lema de esta política conjunta fue acuñada por la señora Thatcher: TINA, siglas para “There Is No Alternative” (No hay alternativa). El lema intentaba transmitirle a todos los gobiernos que tenían que cumplir con el lineamiento fijado por las recomendaciones de política pública, o ser castigados con un lento crecimiento y la negación de toda ayuda internacional ante cualquier dificultad que pudieran enfrentar.
El Consenso de Washington prometió un crecimiento económico renovado para todos y una salida del estancamiento global de ganancias. A nivel político, los proponentes de la globalización neoliberal tuvieron mucho éxito. Gobierno tras gobierno –en el Sur global, en el bloque socialista y en los fuertes estados occidentales– privatizó las industrias, abrió sus fronteras al comercio y a las transacciones financieras, y recortó el Estado benefactor. Las ideas socialistas, aun las keynesianas, fueron desacreditadas en la opinión pública y las elites políticas renunciaron a ellas. La consecuencia visible más dramática fue la caída de la Unión Soviética y los regímenes comunistas de Europa central y del este, más la adopción de políticas amigables con el mercado por parte de la todavía denominada China socialista.
El único problema con este gran éxito político fue que no pudo igualarlo el éxito económico. Continuó el estancamiento de ganancias en las empresas industriales del mundo. La repentina alza en los mercados bursátiles en todas partes no se basó en ganancias de la producción sino en las manipulaciones especulativas financieras. La distribución del ingreso a escala mundial y en los diferentes países se volvió muy asimétrica, un incremento masivo en el ingreso de 10 por ciento superior y en especial de uno por ciento más elevado de la población mundial, y una caída en el ingreso real para el resto de las poblaciones mundiales.
La desilusión con las glorias del “mercado” sin restricciones comenzó a ser visible a mediados de los 90. Esto pudo observarse en varios planos: en muchos países regresaron al poder gobiernos más orientados hacia el bienestar social; hubo nuevos llamados –especialmente por parte de los movimientos laborales y las organizaciones de trabajadores rurales– a que los gobiernos emprendieran políticas proteccionistas; creció a escala mundial un movimiento altermundista cuyo lema es “otro mundo es posible”.
La reacción creció lenta pero constantemente. Entretanto, con el régimen de George W. Bush, los proponentes de la globalización neoliberal no sólo persistieron sino que incrementaron su presión. El gobierno de Bush pujó simultáneamente por una distribución del ingreso más distorsionada (mediante grandes recortes fiscales para los más acaudalados) y por una política exterior de militarismo unilateral macho (la invasión de Irak). Financió esto mediante una fantástica expansión de préstamos (un endeudamiento) con la venta de bonos del Tesoro estadunidense a quienes controlan las existencias mundiales de energía y las instalaciones de producción a bajo costo.
Se veía bien en el papel, si sólo se fijaba uno en las cifras de los mercados bursátiles. Pero era una burbuja de crédito superlativo condenada a estallar, y ahora está estallando. La invasión de Irak (más Afganistán y Pakistán) está demostrando ser un enorme fiasco político y militar. La solidez económica de Estados Unidos cae en el descrédito, lo que ocasiona una radical caída del dólar. Y los mercados bursátiles del mundo tiemblan conforme confrontan el pinchazo de la burbuja.
¿Así que cuáles son las conclusiones de política pública que extraen los gobiernos y las poblaciones? Parece haber cuatro en curso. La primera es el fin del papel que tenía el dólar estadunidense como divisa de reserva para el mundo, lo cual hace imposible continuar la política de superendeudamiento del gobierno de Estados Unidos y de sus consumidores. La segunda es el regreso a un alto grado de proteccionismo, tanto en el Norte como en el Sur globales. La tercera es el regreso a la adquisición estatal de las empresas que fracasan y la implementación de medidas keynesianas. La última es el retorno a políticas redistributivas más enfocadas al bienestar social.
La balanza política oscila de regreso. De aquí a 10 años se escribirá acerca de la globalización neoliberal como un oscilamiento cíclico en la historia de la economía-mundo capitalista. La cuestión real no es si esta fase terminó sino si el retorno pendular podrá restaurar, como en el pasado, un relativo equilibrio en el sistema-mundo. ¿O se habrá hecho ya demasiado daño? ¿Estaremos en un caos más violento en la economía-mundo y como tal en el sistema-mundo como un todo?.


I. Wallerstein es un destacado analista sobre los procesos globales. El presente artículo se reproduce de la versión publicada en La Jornada (México), bajo la traducción de R. Vera Herrera, en febrero de 2008. Publicado en Globalizacion.org el 10 de marzo de 2008. Se reproduce en nuestro sitio únicamente con fines informativos y educativos.


Fuente: http://www.globalizacion.org/ordenmundial/WallersteinMuerteGlbzNeoliberal.htm 

miércoles, 5 de octubre de 2011

clase 3 - Pobreza y exclusión

Pobreza y exclusión. 


Muchas definiciones y todavía más discusiones 


Pobre no es aquel que tiene menos, sino el que quiere más de lo que tiene.


Pobre, es el que carece de medios para vivir dignamente.


La verdadera pobreza se encuentra en la falta de sentimientos, en la falta de horizontes...


  • La pobreza absoluta se refiere a una situación en la que ciertos estándares mínimos de vida (tales como nutrición, educación, salud o vivienda) no son alcanzados. 

  • La pobreza relativa se utiliza para hablar de la existencia de desigualdadesy se calcula por comparación con un nivel de vida considerado estándar para la población a la que se refiere.  Significa que el individuo, por falta de recursos materiales, no participa de los hábitos y patrones de vida considerados normales en la sociedad en la que habita. En la Unión Europea, el umbral de la pobreza relativa se sitúa en el 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo.


Excluido es quedar fuera de... una persona, un colectivo, un sector, un territorio, está
excluido si no pertenece a... no se beneficia de un sistema o espacio social, político, cultural, económico, al no tener acceso al objeto propio que lo constituye: relaciones, participación en las decisiones, en la creación de bienes y servicios por la cultura y la economía etc.
 



no es vergüenza ser pobre.. y es vergüenza ser ladrón. (Martín Fierro)

Pobreza se refiere a la carencia de recursos para satisfacer necesidades consideradas básicas, que influyen en la calidad de vida de las personas. 



"La Exclusión social hace especial hincapié en el carácter estructural de un proceso que excluye a parte de la población, de las oportunidades económicas y sociales. El problema no reside tan sólo en las disparidades entre los más favorecidos y los más desfavorecidos de la escala social, sino también en las que existen entre quienes tienen un lugar en la sociedad y los que están excluidos de ella" (Libro Verde sobre la Política social europea).


La pereza es la madre de la pobreza.

lunes, 3 de octubre de 2011

Apuntes sobre los cambios en el mundo del trabajo tras la caída del Estado de Bienestar

"El resultado más brutal de estas transformaciones es la expansión sin precedentes en la era moderna deldesempleo estructural, que abarca a todo el mundo, a escala global. Se puede decir de manera sintética, que hayun proceso contradictorio que, por un lado reduce al proletariado industrial y fabril; y por el otro aumenta el subproletariado, el trabajo precario, o los asalariados del sector de servicios. Incorpora al sector femenino y excluye a los más jóvenes y a los más viejos. Por lo tanto, hay un proceso de mayorheterogenización, fragmentación y complejización de la clase trabajadora. "  

Fragmento de "Adiós al trabajo" del sociólogo del trabajo Ricardo Antunes. (1999)



"Durante el año 1994, algunas empresas transnacionales comenzaron a ver la posibilidad de instalarse en Argentina, teniendo en cuenta las ventajas que la nueva realidad económica, política y social ofrecían. En primer lugar, un mercado abierto al mundo, permitiría pensar en que las implantaciones en el territorio no requerirían grandes inversiones tecnológicas, porque los insumos principales podían importarse (lo cual también permitiría la transferencia fácil de divisas a las casas matrices) y las plantas constituirse en simples ensambladoras (sobre todo para las empresas industriales más complejas); la reducción de los costos de la mano de obra y las calificaciones históricas de los trabajadores argentinos otorgaban el beneficio de contar con mano de obra eficiente a bajo costo; la depresión de las empresas proveedoras argentinas, permitiría comprar los insumos restantes en el mercado nacional también a costos reducidos; la apertura de los mercados también ampliaría las posibilidades de inserción de los productos a los países latinoamericanos. El gobierno, de corte neoliberal, parecía controlar la situación ante la debilidad de una oposición incoherente y dividida. Contaba además con el apoyo de los sectores más acomodados, de las clases medias y parte de los sectores populares. Los sindicatos estaban debilitados y sus dirigentes sufrían un fuerte desprestigio. Desde este plano, las posibilidades de negociar condiciones laborales favorables eran inéditas en el país. La desocupación y la pobreza habían hecho estragos en los sectores populares y la mano de obra se ofrecía generosa y disciplinadamente ante la posibilidad de encontrar un empleo. "

Fragmento de "Lo precario como condición de forma" del sociólogo del trabajo Osvaldo Battistini. (2008)


"En las últimas décadas, la entrada en una nueva etapa de acumulación del capital produjo hondas transformaciones sociales. Esos procesos, caracterizados por la difusión global de nuevas formas de organización social y por la reestructuración de las relaciones sociales, cambiaron las pautas de integración y
exclusión, visibles en la nueva articulación entre economía y política. Estos cambios desembocaron en un notorio incremento de las desigualdades en el interior de las sociedades contemporáneas, creando nuevos “bolsones” de pobreza y marginalidad.

(..) en las regiones del capitalismo periférico la globalización no sólo profundizó los procesos de transnacionalización del poder económico, sino que se tradujo en el desguace radical del Estado Social en su versión “nacional-popular”, el que más allá de sus limitaciones estructurales y tergiversaciones políticas, se había caracterizado por orientar su acción hacia la tarea nada fácil de producir cierta cohesión social, en un contexto de sociedades heterogéneas, desiguales y dependientes. Así, en América Latina, estas transformaciones, que vinieron de la mano de políticas neoliberales, conllevaron una fuerte desregulación económica y una reestructuración global del Estado, lo cual terminó por acentuar las desigualdades existentes, al tiempo que generó nuevos procesos de exclusión, que afectaron a un conglomerado amplio de sectores sociales.

en la Argentina, la salida neoliberal se tradujo en la implementación de un programa drástico de reformas estructurales que, acompañado y facilitado por la instalación de un nuevo modelo de dominación política, terminó produciendo una fuerte mutación y reconfiguración de la sociedad.

En efecto, cambios de toda índole, algunos ya anunciados desde mediados de los 70, encontraron una inflexión hiperbólica en el marco de la política neoliberal puesta en marcha por Carlos Menem (1989-1999) y continuada por sus sucesores. En este nuevo marco social, atravesado por una fuerte dinámica de
polarización, todas las clases sociales sufrieron grandes transformaciones. Mientras que los grupos pertenecientes a la cúspide de la sociedad aunaron alta rentabilidad económica y confianza de clase al encontrar en su adversario histórico —el peronismo— un aliado inesperado, una gran parte de la sociedad, perteneciente a las clases medias y populares, experimentó una drástica reducción de sus oportunidades de vida. Aun así, el proceso no fue, de ningún modo, homogéneo, pues si bien es cierto que amplias franjas de las clases medias experimentaron el empobrecimiento y la caída social, otras se acoplaron con mayor éxito al modelo y buscaron afirmar la diferencia por medio del consumo y los nuevos estilos de vida. Por último, las clases trabajadoras, cuya identidad político-social se había estructurado desde y a partir del primer peronismo, atravesaron un proceso de descolectivización que arrojó a la situación de marginalidad y exclusión a vastos sectores, por vía del trabajo informal y el desempleo.
En suma, la dinámica de polarización y fragmentación social adquirió tal virulencia que durante gran parte de la década de los 90 hubo grandes dificultades en dotar de un lenguaje político a las experiencias de descolectivización, en la cual se entremezclaban diferentes trayectorias y situaciones, además de
sentimientos contradictorios y ambivalentes respecto de la nueva condición social. No era para menos; la mutación era no sólo económica, sino también social y política.

..la doble dinámica de polarización y fragmentación fue moldeando los contornos más duraderos de un nuevo país, de una sociedad excluyente, estructurada
sobre la base de la cristalización de las desigualdades tanto económicas como sociales y culturales.
"

Fragmento de la introducción a "La Sociedad Excluyente" de la socióloga argentina Maristella Svampa  (2005)

clase 3 - La oveja negra - cuento corto

La Oveja NegraItalo Calvino   

Érase un país donde todos eran ladrones. Por la noche cada uno de los habitantes salía con una ganzúa y una linterna para ir a saquear la casa de un vecino. Al regresar al alba, cargado, encontraba su casa desvalijada.
Y todos vivían en concordia y sin daño, porque uno robaba al otro y éste a otro y así sucesivamente, hasta llegar al último que robaba al primero.
En aquel país el comercio solo se practicaba en forma de embrollo, tanto por parte del que vendía como del que compraba. El Gobierno era una asociación creada para delinquir en perjuicio de los súbditos y, por su lado, los súbditos sólo pensaban en defraudar al gobierno.
La vida transcurría sin tropiezo, y no había ricos ni pobres. Pero he aquí que no se sabe cómo, apareció en el país un hombre honrado. Por la noche, en vez de salir con la bolsa y la linterna se quedaba en casa y leía novelas.
Llegaban los ladrones, veían la luz encendida y no subían.
Esto duró un tiempo, después hubo que darle a entender que si el quería vivir sin hacer nada, no era una buena razón para no dejar hacer a los demás. Cada noche que pasaba en casa era una familia que no comía al día siguiente.
Frente a estas razones el hombre honrado no podía oponerse. También él empezó a salir por las noches para regresar al alba, pero no iba a robar. Era honrado, no había nada que hacer. Iba hasta el puente y se quedaba allí, miraba pasar el agua. Volvía a casa y la encontraba saqueada.
En menos de una semana el hombre honrado se encontró sin un centavo, sin tener que comer, con la casa vacía. Pero hasta aquí no había nada que decir, porque era culpa suya; lo malo era que de ese modo suyo de proceder nacía un gran desorden. Porque él se dejaba robar todo y entretanto no robaba a nadie.
De modo que siempre había alguien que al regresar al alba encontraba su casa intacta: la casa que él hubiera debido desvalijar. El hecho es que al cabo de un tiempo los que no eran robados llegaron a ser más ricos que los otros y no quisieron seguir robando.
Y por otro lado, los que iban a robar la casa del hombre honrado la encontraban siempre vacía. De modo que se volvían pobres.
Los que se habían vuelto ricos se acostumbraron a ir también al puente por la noche, a ver correr el agua. Esto aumentó la confusión, porque hubo muchos otros que se hicieron ricos y muchos otros que se hicieron pobres. Pero los ricos vieron que yendo de noche al puente, al cabo de un tiempo, se volvían pobres y pensaron: "paguemos a los pobres para que vayan a robar por nuestra cuenta".
Se firmaron contratos, se establecieron los salarios, los porcentajes. Naturalmente, siempre eran ladrones y trataban de engañarse unos a otros. Pero como suele suceder, los ricos se hacían cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.
Había ricos tan ricos que ya no tenían necesidad de robar o de hacer robar para seguir siendo ricos. Pero si dejaban de robar se volvían pobres, porque los pobres les robaban.
Entonces pagaron a los más pobres de los pobres para defender de los otros pobres sus propias casas, y así fue como instituyeron la policía y construyeron las cárceles.
De esta manera, pocos años después del advenimiento del hombre honrado, ya no se hablaba de robar o de ser robados, sino sólo de ricos o de pobres; y, sin embargo, todos seguían siendo ladrones.
Honrado sólo había sido aquel fulano, y no tardó en morirse de hambre.